La historia del Convento de Santo Domingo empieza en la vieja ciudad de Panamá. El fray Domingo Pérez llegó en 1571 con otros tres religiosos de la cofradía para fundar su convento. Pidió 3 mil pesos prestados de su vecino Jerónimo Suárez para comprar una casa con huerta que serviría para alojar a los frailes. Tras los ataques de los piratas en 1671, se quemó por completo la ciudad de Panamá Viejo.
Sin embargo, la historia de los dominicos empieza antes ya que fueron los primeros frailes en pisar las tierras panameñas. El Padre dominico Andrés de Vera fue el capellán de la expedición para descubrir el Mar del Sur, el 25 de septiembre de 1513, junto a Vasco Núñez de Balboa. El plátano “guineo” fue traído de las Islas Canarias a Santo Domingo y a Panamá por el Fray dominico Tomás de Berlanga.
Convento de Santo Domingo en Casco Viejo
Por temas de seguridad, el nuevo gobernador Antonio Fernández de Córdoba y Mendoza (1671-1673), decidió mudar la ciudad de Panamá a lo que actualmente se conoce como Casco Viejo. Los frailes dominicos también se mudaron, construyendo una capilla que dio misa por primera vez en 1675. Tres años después ya tenían su iglesia y convento de Santo Domingo en la calle que llevaba el mismo nombre, ahora se llama Avenida A.
Los dominicos vivían una vida muy tranquila, rezando el rosario, caminando en el claustro, sembrando huertos en sus patios y conversando. Esta orden religiosa tenía muchos recursos, que se podía apreciar en las decoraciones, estatuas, mobiliario, cuadros y arquitectura en general. Las paredes de la iglesia fueron construidas de cal y canto, como muchos edificios en el Casco Viejo. El techo, las tribunas, el coro y el claustro eran de madera. Fue hecho con una sola nave, con ocho capillas laterales.
Tristemente, el Convento de Santo Domingo fue víctima de los incendios de 1737 y 1756. El incendio de 1737 fue muy grande y también quemó la Iglesia San Felipe Neri, la Catedral Metropolitana de Panamá, la Iglesia San José y la iglesia San Francisco de Asís.
Los conventos tuvieron que irse del país por mandato de Colombia cuando Panamá se unió a la Gran Colombia. En 1857 se autorizó una subasta para vender “el solar y las paredes de la extinguida iglesia y convento de Santo Domingo”. La misma fue comprada por el francés Jacques Joly de Sablá por 2000 pesos. Su hijo vendió secciones de la propiedad a personas que las usaron para residencias. El conservó la fachada del templo incluyendo el arco chato y la capilla. Se utilizó el solar y el claustro con fines comerciales, estableciendo negocios como baños públicos, taller de carpintería, barbería, panadería y finalmente una estación de autobuses.
En 1925, el Presidente Rodolfo Chiari prohibió la demolición y venta de lo que no se había edificado de las ruinas del Convento de Santo Domingo. Luego en 1941 se pasó la ley 68 que declaró el sitio como “monumento histórico nacional”. Finalmente, en 1981 se restauraron las ruinas. Otro sitio que está en ruinas es la Compañía de Jesús, ubicada justo antes en la misma Avenida A.
Arco Chato
Lo más famoso del Convento de Santo Domingo es su arco chato, que realmente es un arco rebajado que fue construido para sostener el coro de madera que desapareció con el fuego. Se utilizó ladrillos pequeños, común de la era, para construirlo. Tiene tres puntos y mide 50 pies de largo por 35 de alto.
No se utilizó ningún metal para sostener el arco chato, que desafió las leyes de gravedad por más de 300 años. Incluso sirvió para probar la poca actividad sísmica de Panamá durante las negociaciones del canal. Tristemente, él mismo colapsó la noche del 7 de noviembre de 2003. En el piso se puede ver algunos ladrillos originales. Fue reconstruido utilizando una viga de metal por dentro y fue revestido con el material original.
Museo de Arte Religioso Colonial de Panamá
Junto a la ruina del Convento de Santo Domingo se encuentra un edificio blanco, que parece una pequeña iglesia, conocido como la Capilla de Santo Domingo de Guzmán o la Capilla del Rosario. Los dominicos veneraban la Virgen del Rosario. La capilla fue construida en el siglo dieciocho y restaurada en 1974. Actualmente es el Museo de Arte Religioso Colonial de Panamá.
Lo más impresionante es el altar con finas láminas de oro adheridas sobre la madera con cola de conejo. Las únicas figuras originales son la Virgen del Rosario y los dos querubines. La imagen de Santo Domingo, con un hábito blanco y negro y un perro, y la imagen de la Virgen de la Inmaculada Concepción se encuentran en el nivel inferior del altar. La iglesia de San José también tiene un altar de oro y son considerados hermanos.
En el museo se exhiben piezas de otras iglesias incluyendo la de San Francisco de la Montaña, San Felipe de Portobelo, la Villa de Los Santos y las iglesias de Parita. Aparte, tienen piezas de Sudamérica, posiblemente de Quito, Ecuador o de Lima, Perú. No se sabe exactamente ya que los registros se quemaron. El horario del Museo de Arte Religioso Colonial de Panamá es de 9 a.m. a 5 p.m. de martes a viernes y de 10 a.m. a 6 p.m. los sábados y domingos. Los lunes permanece cerrado. El costo de entrada es de un dólar.
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